Es una de las
alegorías mas sugestivas que existan respecto a la creatividad negativa del
hombre o “goetia” - Magia negra - contrapuesta a la Magia blanca,
practicada por filósofos llamados teúrgos.
Entre los griegos y los árabes esta actividad
estaba en relación a especulaciones astrológicas; la idea del Golem en el
judaísmo por el contrario se relaciona con la exégesis mágica del Sefer Yezirah
y con la idea del poder creador de las palabras y del lenguaje en general.
La palabra golem se da
en la Biblia (Salmos 139:16) y en la literatura talmúdica para referirse a una
sustancia embrionaria o incompleta.
No obstante Loew siempre negó las prácticas
esotéricas.
Judah Loew ben
Bezalel, conocido por los estudiosos del judaísmo como el "Maharal de
Praga", fue un destacado talmudista, místico judío y filósofo que sirvió
como rabino en la ciudad de Praga en Bohemia durante la mayor parte de su vida.
Existen en Europa
varias leyendas medievales con el argumento del Golem que presentan un esquema
fijo: un rabino por varios años cumple estudios secretos y al fin logra con
fórmulas mágicas crear del polvo un humanoide; pero antes que inicie el sábado
está obligado a eliminarlo para evitar que el falso hombre viole la ley del
descanso.
Finalmente lo elimina
borrando una letra de la frente del monstruo, de modo que la palabra
emeth - vivo - se transforme en meth - muerto.
Estas leyendas son
citadas en la Cábala como prueba del hecho que, si los justos – de sexo
masculino – quisieran, podrían crear como Dios un ser viviente.
En las narraciones de
los escritores checos Franz Klutschak y más tarde de Gustav Meyrink, el Golem
se identifica con el asistente del rabino en la sinagoga Vieja-Nueva,
actualmente visitable.
Según estas historias, el Golem se vuelve loco de rabia
por haber sido olvidado por el rabino, quien tenía que cuidar a su hija
enferma; para aplacarlo se recurre a un rito mágico que lo neutraliza.
Otra historia narra
que dos amoraim, (hebreos doctos), en las vísperas del Sabbat, utilizando el
principio mágico del Sefer Yezirah, creaban un ternero que luego se comían.
El
Sefer Yezirah fue interpretado en el medioevo como una guía a las prácticas
mágicas; la numerología en algunos aspectos deriva de estos principios.
En la opinión de los
místicos la creación del Golem no tiene un significado real sino que es
simbólico; quienes participaban al acto de la creación tomaban un poco de
tierra del suelo y construían un golem, lo enterraban y luego caminaban
alrededor como en una danza, combinando las letras del alfabeto y el Nombre
Secreto de Dios, según instrucciones detalladas.
A continuación el Golem se
levantaba y vivía; pero cuando aquellos caminaban en la dirección contraria y
recitaban la misma combinación de letras al revés, la vitalidad del Golem se
anulaba.
El Golem además no
tiene alma intelectual, por lo tanto carece de la facultad de la palabra, sin
embargo en leyendas posteriores este atributo lo adquiere.
Moisés Cordovero
consideraba que el hombre tiene la facultad de dar vitalidad, pero no vida del
espíritu o alma verdadera.
En el Renacimiento el
Golem evoluciona hasta transformarse en un verdadero siervo de su creador,
quien disponía de él como de un esclavo.
Entre los siglos XV y XVII la leyenda
adquiere nuevas características: los muertos se resucitaban metiendo el Nombre
de Dios en la boca o bajo el brazo, mientras que girando el pergamino donde
estaban escritas las palabras mágicas al revés, se le quitaba la vida.
En ambientes no
hebreos se relata la creación de un hombre alquímico llamado “homunculus de
Paracelso”.
Theophrastus
Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, conocido como Paracelso o
Teofrasto Paracelso (nacido En Zúrich, el 17 diciembre de 1493 –
muerto en Salzburgo, 24 de septiembre 1541) fue un alquimista,
médico y astrólogo suizo.
Fue considerado por
muchos el Lutero de la medicina renacentista y argumentó la más célebre de las
fórmulas para la creación del “homunculus” alquímico, si bien las
palabras del suizo deben ser interpretadas con un significado simbólico.
“ De esta manera
se procede para lograrlo...:
cerrad por cuarenta días, en un alambique el
liquido seminal del hombre; es necesario que se vaya al estado de putrefacción
para que comience (el homúnculo) a vivir y a moverse, cosa que no es difícil de
verificar. Y de este modo aparecerá una forma muy parecida al hombre, pero
transparente y casi priva de sustancia. Si se lo nutre cada día este joven
vástago, con prudencia y con cuidado, con sangre humano, y se lo conserva por
cuatro semanas a un calor constantemente igual al del vientre de un caballo, el
producto deviene un niño verdadero y viviente, con todos sus miembros, como un
bebé nacido de mujer, pero mucho, mucho más pequeño.”
El séptimo mandamiento
de la Tabla de esmeralda señala
“Separa la Tierra del Fuego, lo sutil de lo burdo, pero sé prudente y
circunspecto cuando lo hagas”.
Lo que simboliza,
según los ocultistas, que el homúnculo de Paracelso no es hijo de una brujería
diabólica, sino el intento de robar a Dios el secreto de la Creación,
asociándose a Prometeo.
En 1915 el
director de cine expresionista Paul Weger realizó un famoso film mudo del
título El Golem, que todavía se proyecta en las reseñas de films de género
fantástico.
Otros Golem famosos:
Frankestein (1818), de la novela de Mary Shelley. King Kong, espectacular pero
mucho menos elaborado. El cerebro electrónico alterado de “2001 Odisea en el
espacio”.
En estos temas el
producto de la creación humana se vuelve contra su creador en una locura
destructiva.
Pinocho tiene el
aire de ser más inofensivo, sin embargo, el muñeco de madera creado por Mastro
Guepeto, quien lo talla de un tronco que maravillosamente se pone a hablar, es
una de las alegorías más dolorosas de odio a la infancia.
A Pinocho, en su
camino pleno de obstáculos por transformarse en un niño de carne y hueso, se le
ocasionan toda clase de aflicciones hasta terminar ahorcado.
Una descripción
realista de la Toscana del siglo XIX del escritor Carlo Collodi.
Como cualquier símbolo
la significación del Golem posee varias claves de lectura, la más frecuente es
la del iniciado, que poseído por una arrogancia sin límites, se olvida de
borrar la letra Aleph, trastornando el orden cósmico de la naturaleza y desafiando
la ira divina.
Es interesante
subrayar que la creación de estos seres mediante la Magia es llevada a cabo por
figuras masculinas substituyendo artificialmente el rol creativo
femenino.
En el Renacimiento, en
obras gnósticas y neoplatónicas que Pico della Mirándola defiende en sus
“Conclusiones”, la fe en la facultad humana de perfeccionarse está
firmemente unida a la creencia en las artes mágicas.
Filósofos
renacentistas estaban convencidos que la elevación espiritual e intelectual del
ser humano culmina en el logro del conocimiento que pueda ser utilizado en un
acto de Magia transitiva y que el proceso a través del cual se obtiene este
conocimiento contempla la posibilidad de la invocación de espíritus benévolos.
Afirmaban también,
refiriéndose a la magia positiva o Teúrgia, que la opera de artistas y magos es
semejante a las obras divinas porque
“…el hombre concibe al
interno del alma un mundo de Ideas perfectas y en un segundo tiempo
realiza ese mundo en la materia; no se crea el mundo de las Ideas dentro de sí,
“ex nihilo”, sino que germinan las semillas que Dios ha plantado con cuidado en
el alma”.
- Luck, Georg
(1995). Magia y ciencias ocultas en el mundo griego y romano.
Madrid: Editorial Gredos.