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sábado, 16 de agosto de 2014

Principio de las partes


   

ANA MARIA SEGHESSO


 

 

 





 


Es el conocimiento astrológico de la longitud que separa dos planetas significadores, que expresan esencialmente una única cosa. 

El tercer significador  manifiesta el por qué se extrae la parte. 

El  planeta inicial se llama primer significador de la cosa. El otro es el segundo, y a los dos se los llama "inmóviles". 

El tercer significador puede ser el regente del ascendente o de otra casa, o cúspide de una casa, del cual se inicia la proyección de los grados, es llamado "móvil".



  





Por lo expuesto podemos notar que las P.A. no tienen una "existencia física", sino que son un punto ficticio. 
En el caso del Punto de la Fortuna, su posición está determinada por la colocación del Ascendente, de la Luna y del Sol. 

La fórmula: 

Al Ascendente se le suma la Longitud de la Luna y se extrae la del Sol para los nacimientos diurnos.

En caso de nacimiento nocturno se suma al ascendente el Sol y se extrae la Luna


As. + Luna - Sol ; nacimiento diurno.
As. + Sol - Luna, en el nocturno.


Ejemplo para un nacimiento diurno en Escorpio, Ascendente Tauro, Luna en Tauro


Ascendente en 6º de Tauro corresponde a 36º de longitud
Luna en 13º de Tauro, 43º de longitud
Sol en 8º de Escorpio, 218 º de longitud


36 + 43 – 218 = -139 . Como el resultado es negativo se suman 360º , resulta 221º, es decir 11º de Escorpio.


 Según Bonatti esta parte "significa la vida, el cuerpo y también el alma, la fuerza, la fortuna, ganancias, riquezas y pobreza... sirve más a los ricos y a los magnates que a los otros..."

Sin embargo no es en este aspecto que revela su significación: más bien indica la parte  sensible de un horóscopo natal, en el sentido más amplio de "destino", sea bueno o malo de acuerdo con el resto del horóscopo.


En la Revolución Solar descubre las posibilidades de realización de los proyectos del año, expuestos por la superposición del Ascendente y del Medio Cielo de revolución sobre el tema natal.







 

miércoles, 23 de julio de 2014

La palabra de Dios



ANA MARIA SEGHESSO









En la Biblia, Antiguo Testamento, el mismo Dios que promulga el "no matarás" (Deut. V, 17) ordena combatir a otros pueblos "hasta el exterminio total", sin compasión alguna (Deut. VII, 2).
Cuando la caída de Jericó, el pueblo elegido pasó "al filo de la espada a hombres y mujeres, niños y ancianos" (Jos. VI, 21).



Y Jesús, en los Evangelios, impone ofrecer la otra mejilla al que recibe una bofetada (Mt. V, 39), pero echa a latigazos a los mercaderes del templo (Jn. II, 14) y dice que no ha venido a traer la paz, sino la espada (Mt. X, 34).



Se podría temer que el Dios único -propio de los monoteísmos - con su monopolio de la verdad y la terminante exclusión de todo lo que se le opone, se presta más a las guerras santas que los dioses locales del politeísmo antiguo. 

Los dioses paganos no tenían pretensiones de dominio universal, lo que los hacía menos competentes para justificar cruzadas redentoras o reivindicativas. 

El fervor bélico parece característico de los seguidores de quien no admite ninguna competencia y que, en el propio Libro, se define "un Dios celoso" (Deut. V, 9).



La Fe Revelada es monoteística opuesta al politeísmo y a sus filósofos, entre los que junto a tantos otros se destacó Marco Aurelio, filósofo estoico y emperador romano (121-180 d.C.)




“La expresión encolerizada del rostro es innatural. Cuando desaparece del semblante el gesto moderado al final se apaga, de manera que ya no es más posible volverlo a encender.
¿Y qué motivo quedará entonces para vivir si hasta la cognición del error nos abandona?"


Marco Aurelio,  
Pensamientos, VII-24.

                              

  

domingo, 20 de julio de 2014

Técnica de la Partes Arabes


          ANA MARIA SEGHESSO

 

 






 
Las partes árabes o arábigas poseen ese nombre por su popularidad en el tiempo de la dominación árabe en España, pero su origen es mucho más antiguo, como lo testimonian los textos de Manilius en el "Astronomicón", del siglo I, y el "Tetrabiblos" de Claudio Ptolomeo, del siglo II.


Se habla de las partes en "El libro Conplido de Aly Aben Ragel", y en los textos de Abraham Ben Ezra o Albumazar. Estos autores recopilaron la ciencia astrológica de los Sabios de Egipto, de Persia, de la India y de Grecia.





El origen por lo tanto es antiquísimo, probablemente anterior al uso de las casas astrológicas que utiliza el horizonte o Ascendente (1)


Por este motivo se tomaba como Ascendente a un planeta y los otros se situaban en orden zodiacal.

Este método es uno de los tres que comúnmente se utilizan y consiste en colocar el planeta significativo como Ascendente y proyectar en el tema natal la posición en que quedan los otros planetas.


 

El segundo método consiste en cambiar el Ascendiente por la cúspide de una de las casas.

El tercero utiliza la Parte de la Fortuna y los planetas relacionados con la búsqueda, o la P.F. con otra Parte.

Según Ben Ezra los antiguos babilonios llegaron a utilizar hasta 97 partes.

Transcribe R. Zoller en su libro "The lost key to prediction", versión italiana, (Gruppo Editoriale Muzzio, 1990), que en la exposición de la doctrina de las partes, Bonatti dice que son necesarias tres cosas esenciales para poder "proyectar las partes"


1)  dos significadores "fijos", generalmente dos planetas o luminarias, elegidos a causa de su afinidad, en el sentido de significación universal, con el problema considerado


2)  la distancia que los divide, medida en longitud zodiacal siguiendo el orden de los signos


3)  un significador "móvil", como por ejemplo la cúspide de una casa (por lo general el ascendente) o su regente, a partir del cual se hace la "proyección de grados" sobre la eclíptica, siguiendo el orden de los signos.


La doctrina de las Partes está condicionada a la interpretación numérica de los fenómenos naturales en clave esotérica. 
En realidad la ciencia astrológica, en su integridad, se basa en el número.


Según Pitágoras existe un número del filósofo y un número del mercante.
 









(1)  Una tabla de terracota, escrita en cuneiforme, nos permite conocer que los babilonios alrededor del 600 a.C., habían dividido el Zodíaco en 12 partes.

La tabla, de forma redonda, tiene el dibujo del Zodíaco dividido en 12 secciones, con el nombre de 12 constelaciones y en el dorso están indicadas las distancias calculadas entre cada una de ellas.



martes, 15 de julio de 2014

EL SUEÑO DE EDIPO


   ANA MARIA SEGHESSO

 


 




La creencia en el significado de los sueños es antigua, muy anterior a las teorías de Sigmund Freud, como se deduce de la existencia de un libro de sueños que fue escrito hace 1900 años, en el siglo II d.C., por Artemidoro de Daldis o de Éfeso, con fines científicos y didácticos.



El libro, llamado “Interpretación de los sueños”, reunía más de 3000 descripciones de contenidos relatados por los pacientes que lo consultaban; fue dividido por el autor en sueños verdaderos, oráculos, visiones, fantasías y apariciones



Según Artemidoro, la clave para entender el funcionamiento y significado de los sueños es el simbolismo, anticipándose a las teorías psicoanalíticas. 


El sentido de algunos símbolos, es bastante claro, un barranco o precipicio indica un peligro inminente, un árbol en flor felicidad o prosperidad; bañarse en aguas límpidas significa buena suerte, en aguas sucias o enfangadas, lo opuesto.

Una candela que se enciende anuncia nacimiento en familia, una que ya está encendida, éxito, una que arde débilmente indica angustia. 


Artemidoro anticipó el concepto freudiano de la satisfacción del deseo y de la sustitución del mismo, de manera que si el soñador está enamorado no verá en su sueño el objeto de su pasión, sino que verá, por ejemplo, un caballo, un espejo, una nave, el mar o una prenda femenina o masculina (Artemidoro, “Onirocritica” IV I). 

Corresponde al intérprete del sueño descubrir si su paciente está atraído y de quién.


Ser alcanzado por un rayo tiene quince significados diferentes y sólo un coloquio cuidadoso, advierte el autor, puede llevar a descubrir el matiz preciso. 




La parte más famoso da la obra de Artemidoro se refiere al “Sueño de Edipo” (I 79, testo n. 92b) y sus variantes.

De manera distante y competente examina varios tipos de sueños que implican relaciones sexuales con la propia madre. 


El tema del incesto es combinado con otros estudios, como la necrofilia. Cada variación temática en el contenido de los sueños, sugiere Artemidoro, tiene un significado particular que debe ser profundizado.


Bibliografía, “Arcana Mundi, Magia e occulto nel mondo greco e romano” a cura de Georg Luck. Arnoldo Mondadori Editore, marzo 2000.




Conferencia en Varese, Italia - Palazzina della Cutura