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martes, 11 de noviembre de 2014

LA REENCARNACION


           


ANA MARIA SEGHESSO








La reencarnación es una  creencia que se popularizó en el mundo cultural griego y en la filosofía hindú en el siglo VI a.C. 



La doctrina sostenía que la muerte no es el fin de la existencia; el alma, afirmaban, sobrevive por Reencarnación en otro ser viviente de la misma especie o de otra inferior o superior. 

Las circunstancias que la reencarnación sucesiva fuera una promoción o una retroceso dependía de las características de la conducta moral del alma en la precedente reencarnación.


El número de las reencarnaciones podía ser infinito y esta perspectiva era considerada más trágica que cada una de las muertes sucesivas. 


Quien creía en la reencarnación, su esperanza no era la inmortalidad sino el acabar con la serie de regeneraciones y se suponía que esto se podía obtener a través de una vida austera y virtuosa.

Reencarnación significa “volver a encarnar”


Otros términos usados son:

Metempsicosis, que proviene del griego “meta”, después, sucesivo, y “psyche”, espíritu, alma, “pasaje de las almas”


Transmigración, que expresa “migrar a través”.


Renacimiento, “volver a nacer”


Estos vocablos indican la existencia de un alma o espíritu que puede dejar un cuerpo y volver a entrar con la finalidad de aprender en diversas vidas las enseñanzas que suministra la existencia terrena hasta lograr una liberación o afinidad con un estado de conciencia más evolucionado y justo.


El Gnosticismo consideró la Reencarnación un método necesario al alma no sólo para expiar las culpas sino también para desarrollar aptitudes latentes de alcanzar la conciencia total.



Rastros de doctrina reencarnacionista se encuentran también en algunos escritores cristianos de los primeros siglos, quienes afirmaban la preexistencia de las almas en el contexto universal, llamado “apocatástasis” o “reconstrucción del universo”.


En el Nuevo Testamento la palabra significa “reintegración o nueva creación mesiánica de todas las cosas”, (Hechos, 3,20-21). 
  
En siglos sucesivos fue interpretado como “reconciliación con Dios de toda la Creación”, incluyendo a Satanás y a la Muerte.

 

  

 

En el Judaísmo la Metempsicosis es admitida en algunas corrientes de la Cábala [1] y del Jasidismo [2].  



En la actualidad los seguidores de diversas comunidades teosóficas, antroposóficas y espiritistas continúan a elaborar esta corriente de pensamiento.



 

 

 

La Doctrina de la Reencarnación además que en la civilización griega y en la tradición europea está presente en otras culturas. 


El fenómeno más importante es el instituido por el complejo teórico elaborado por el Hinduísmo y el Budismo, que se afirma en el concepto de  Saṃsāra [3]ciclo de nacimientos y muertes, y las técnicas de liberación de tales ciclos.




Buda no concebía la realidad espiritual última como un ser antropomorfo, ni la identificaba con algún miembro del Panteón Hindú. 

Para Buda la realidad última, objetivo de su búsqueda. 
Era un estado de anulación, llamado “nirvana”, que significa “apagado” como una vela.


Este fase, a la que se debe llegar con ejercicios espirituales sin ninguna ayuda de parte de la realidad última no antropomorfa, representaba la liberación del ciclo de renacimientos y del sufrimiento humano.


  


 







[1] La cábala (del hebreoקַבָּלָה qabbalah, ‘recibir’) es una disciplina y escuela de pensamiento esotérico relacionada con el judaísmo

Utiliza varios métodos más o menos arbitrarios para analizar sentidos recónditos de la Torá (texto sagrado de los judíos, al que los cristianos denominan Pentateuco, y que representa los primeros cinco libros de la Biblia).




[2] El jasidismohasidismo es una interpretación religiosa ortodoxa y mística dentro de la religión mosaica o judaísmo, que destaca por la minuciosidad de los mandamientos que la regulan.



[3] Saṃsāra (sánscrito:संसार) es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación   (renacimiento en el budismo) en las tradiciones filosóficas de la Indiahinduísmobudismo, y también al parecer, el gnosticismo, la masonería, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo.


martes, 21 de octubre de 2014

EL TIEMPO DEL MUNDO






ANA MARIA SEGHESSO










En 1875 un arqueólogo británico, traduciendo unas tablillas de barro de la biblioteca de Asurbanipal, encontró una tablilla con una cifra impresionante: 195.955.200.000.000, es decir, cerca de 200 billones.


Numerosos especialistas intentaron en vano descubrir que podía significar esa cifra para los asirios de hace tres mil años. 


En 1963, el francés Maurice Chatelain descubrió que esa cifra equivalía a 70 multiplicado 7 veces por 60 (los asirios tenían un calculo sexagesimal basado en los múltiplos de 60). 











 M.Chatelain

 







Los asirios habían dividido el día solar en 86.400 partes; es decir, en 24 horas de 60’ de 60”. Dedujo entonces, que el número grande debería ser un período de tiempo calculado en segundos, llegando a la conclusión  


de que ese tiempo era de 2.268 millones de días de 86.400 segundos  (más de 6.000.000 de años). 


Conocían los asirios, además, el fenómeno de la precesión de los equinoccios (1), que hace girar el eje de rotación de la Tierra alrededor del polo de la eclíptica en 9.450.000 días, es decir, 26.000 años aproximadamente. 


Descubrió M.Chatelain, que 2.268.000.000 días representan exactamente 240 ciclos de precesión de equinoccios de 9.450.000 días cada uno. 












Chatelain no encontró un solo período de revolución o de conjunción de planeta, cometa o satélite que no fuera una fracción exacta con lo menos cuatro decimales de lo que el llamó

“La constante de Nínive”:  2.268.000.000 de días. 

Existe, sin embargo, un caso, el del año trópico (2),  

en el que se encuentra una diferencia de una unidad en el sexto decimal, es decir, una millonésima de día por año

diferencia que nos facilita un medio para determinar la fecha exacta en que la constante de Nínive fue calculada.



El año trópico tiene una duración de 365.2422 días solares. 
Si se divide la constante de Nínive por 365.2422 se obtiene un número de 6.209.578 años trópicos. 


Si se llega en la precisión algo mas lejos, se advierte que los astrónomos emplean la cifra de 365.242199, y si se divide la constante por 6.209.578 se obtiene un año trópico de 365.242211 días; o sea, una diferencia ahora de 12 millonésimas de día por año o bien 1.068 segundos por año. 



Pero los astrónomos saben que el año trópico se hace cada vez mas corto disminuyendo una media de 0.000016 segundos por año. Si dividimos 1.068 por la tasa de disminución de 0.000016 nos dará la fecha exacta en que fue calculada: hace 64.800 años.












(1) En astronomía, la precesión de los equinoccios es el cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra, que hace que la posición que indica el eje de la Tierra en la esfera celeste se desplace alrededor del polo de la eclíptica, trazando un cono y recorriendo una circunferencia completa cada 25 776 años, período conocido como año platónico, de manera similar al bamboleo de un trompo o peonza
El valor actual del desplazamiento angular es de 50,290966 (segundos de arco) por año, o alrededor de 1° cada 71.6 años






(2) Se denomina año trópico o año tropical al tiempo preciso para aumentar la longitud media del Sol en 360 grados sobre la eclíptica; es decir, en completar una vuelta completa. Su duración es de 365,242198 días de tiempo solar medio (365 días 5 h 48 m 45,9 s).