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martes, 2 de diciembre de 2014

EL PROXIMO FUTURO


Ana María Seghesso


 

 
 

Uno de los pronósticos más difundidos en Astrología es el de la Conjunción de los planetas Júpiter y Saturno, que se utiliza para proponer acontecimientos generales, concerniente a países, ciudades o regiones y que se llama Astrología Mundial.



Las Conjunciones de Júpiter y Saturno se verifican con regularidad en algunos signos por lo que se han creado teorías para proyectar el fenómeno astronómico en interpretación astrológica. Para ello se estudia el pasado y se busca en los contenidos históricos conocidos la correspondencia con el fenómeno astronómico.



Los astrólogos Caldeos ya utilizaban estos principios. Ha sido documentado que desde sus orígenes la Astrología se ocupó de temas de Estado, agrícolas y meteorológicos; estas pruebas históricas, datadas al fin de III milenio a. C., (dinastía sumeria de Ur) la confirman entre las distintas formas de adivinación, según los presagios sobre los eclipses de Luna conservados en el British Museum.





El orden de la Conjunción de los planetas superiores, Alquirem, en los signos astrológicos según su elemento,  se presenta históricamente según las datas siguientes


FUEGO                    -781                 74                   809           1663





TIERRA                  -582                 253                 1047          1842





AIRE                       -344                 452                 1226          2020





AGUA                     -165                 630                 1425          2219





 



La próxima conjunción media de Júpiter - Saturno que se verificará en el 2020 en Acuario, iniciará la serie de conjunciones de Aire que se extenderá hasta el 31 de octubre del 2219, pasando luego al elemento Agua.


Según la teoría astrológica las naturalezas más débiles están sometidas a las más fuertes, la parte a la totalidad. Por lo tanto, quien tenga la intención de predecir al individuo particular debe necesariamente y antes que nada, comprender lo que tiene un carácter más general.


Las conjunciones medias son las que señalan el pasaje de una triplicidad a otra, transitando del Fuego al Agua a través de la Tierra y el Aire. 


2020 - Final del Ciclo de Tierra.


El 26 de enero de 1842 se produjo la conjunción Júpiter - Saturno en Capricornio, iniciándose la serie de Tierra que en este período está llegando al final de su recorrido. Haciendo una síntesis muy breve podemos concluir que ha sido un período que ha desarrollado al máximo las características materiales, llevando a nuestro mundo a un incremento en el ámbito económico sin precedentes en otros períodos.


El nuevo Ciclo de Aire, que comenzará en 2020 favorecerá los contactos culturales, la comunicación, el desarrollo de la tecnología, y todas las características comunes a los signos de aire.


La cultura desarrollada en el Ciclo de Tierra, semeja en muchos aspectos a la cultura desarrollada en Atenas en la Grecia antigua. El teatro oficial, limitado sólo a los ciudadanos libres, era controlado por un grupo restringido de ciudadanos pudientes, quienes seleccionaban las piezas que debían representarse, subvencionaban los gastos de representación, costeando el jurado y distribuían los premios. Este grupo era el órgano ejecutivo de los dirigentes y en su juicio se guiaba por consideraciones políticas. Los poetas trágicos estaban pagados por el Estado, quien pagaba además las piezas representadas, pero sólo hacía interpretar ante el público las que estaban de acuerdo con su política e intereses. 











domingo, 23 de noviembre de 2014

ORIGEN DE LOS SIGNOS ASTROLOGICOS

 


ANA MARIA SEGHESSO

 



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                        Kudurru con símbolos astrológicos

                     


Las constelaciones zodiacales babilonias eran 18.




Con sus nombres actuales son, Aries, Pléyades, Tauro, Orión, Perseo, Auriga, Géminis, Cáncer, León, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario, Pegaso, Piscis, Piscis-SO, Piscis-NE.


Todas ellas habían sido colocadas en el Zodíaco por los pueblos a orillas del río Éufrates.


Una tabla de terracota nos permite saber que los babilonios ya alrededor del 600 a.C., es decir 200 años antes de lo que se creía, habían dividido el Zodíaco en 12 partes. 

La división en 12 partes del cielo astrológico, fue un computo matemático y no tiene relación con el cielo astronómico.


La tablita, de forma redonda, tiene el dibujo del Zodíaco dividido en 12 secciones, con el nombre de las 12 constelaciones y en el dorso están indicadas las distancias calculadas entre cada una de ellas.



Los babilonios, en el período del rey Nabucodonosor II, habían completado el procedimiento que nos ha legado el Zodíaco actual, precediendo históricamente a los griegos.



El nombre de los signos es sumerio - o sea de los primero habitantes de la Mesopotamia – igual que el nombre de las estrellas y los planetas.




El primer signo, Aries, suena en sumerio MUL.LÚ.HUN.GA, transformado en semítico "agru", cuyo significado aproximado es "obrero asalariado", que nada tiene que ver con la representación del carnero, que se adopta en el signo actual.



Algunos filólogos han explicado que la sustitución de "asalariado" por "oveja" o "carnero" puede haber sido un error del copista, que en lugar de "hombre" ha escrito su homófono, LU, que significa carnero


Los estudiosos de cultura y astrología babilonia han relacionado el nombre del signo zodiacal con el divino Dumuzi, el pastor por antonomasia. 
Es este el origen, diferente al uso actual del carnero en las representaciones y en las significaciones del signo.


El segundo signo, Tauro, suena en sumerio MUL.GU.AN.NA., traducido en acadio como "is le", "mandíbula de toro". Otro nombre es MUL.MUL., "crin" "cabellera", que también puede referirse a la constelación de las Pléyades.



Géminis, que para los griegos representan Castor y Pólux, los hijos divinos de Zeus, está indicado con el nombre sumerio de
 MUL.MAS.TAB.BA.GAL.GAL. o simplemente MUL.MAS.MAS.
representado por dos seres humanos que tienen en la mano uno un látigo y el otro un hacha y que corresponden a los dioses Maslamtaea y Lugalgirra.



Cáncer, MUL.AL.LUL., indica el cangrejo tanto en sumerio como en acadio. 
Es una estrella, atributo de Anu, el dios del cielo.



Leo es indicado con el nombre sumerio MUL.UR.GU.LA. "león", que los astrólogos babilonios no han traducido.






Zodíaco de Dendera, Egipto






Virgo, es indicado con la palabra MUL.AB.SIN., que literalmente significa "surco". En la representación el signo zodiacal se manifiesta por una mujer que tiene en la mano una espiga. 


En realidad, se trata de la estrella Espiga - en latín Spica - la decimoquinta entre las estrellas más brillantes del cielo - también llamada "alfa Vir", que justifica su nombre por encontrarse en la constelación de la Virgen.

 
En Egipto la virgen era Isis y en el mundo greco-romano Ceres, diosa de las mieses.
Algunos mencionan también a Perséfone o Astrea, hija de Júpiter y Temis o de la misma Temis, diosa de la Justicia.



Libra, MUL.GIS.ERÉN, ha sido traducido al acadio como "zibanitu", que indica la balanza con dos brazos. Su representación está compuesta además del símbolo de la balanza, por dos personajes como Géminis más una estrella, semejante a la carta VI de los Tarots.



Escorpio, MUL.GÍR.TAB, acadio "zuqaqipu", es el símbolo de la fertilidad y prosperidad en Mesopotamia, a diferencia del mundo griego donde es una figura horrible.




Sagitario, tiene el nombre MUL.PA.BIL.SAG, correspondiente a una divinidad sumeria, probablemente el dios Ninurta. Es representado como un hipocentauro, con las patas posteriores de águila, el cuerpo de caballo y el tronco antropomorfo, empuñando arco y flechas.



Capricornio MUL.SUHUR.MAS, que significa literalmente "pez-cabra", de origen sumeria. Su representación es una figura con la parte inferior pisciforme y la superior de cabra.

  

Acuario, tiene el nombre de MUL.GU.LA, literalmente "el gran hombre", identificado con el dios Ea, señor de la Fuente. De esto viene la idea del Distribuidor de agua. Su representación es el de un hombre que tiene entre las manos un gran jarro de donde fluyen dos chorros de agua.



Piscis, suena en sumerio KUN.MES, acadio "zibbatu", que quiere decir "colas".

En su origen no tenía que ver sólo con los peces, sino también con las golondrinas: SIM.MAH.  

Su representación es un pez y una golondrina cuyas colas se tocan; esto tiene una correspondencia astral en que la golondrina responde a "Piscis meridional", mientras que el pez es "Piscis septentrional".













Bibliografía, "La scrittura celeste", Giovanni Pettinato, Arnoldo Mondadori Editore, 1998.


 






 

EL LIBRO Y EL UNIVERSO





ANA MARIA SEGHESSO







El concepto de la existencia de un dios que comunica con los hombres mediante un Libro Absoluto o de  una Escritura Sagrada se ha manifestado en varias culturas y creencias. 


Sin embargo, fueron las religiones monosteístas las que puntualizaron que el dios por ellas venerado los distinguía como el "pueblo elegido", por sus méritos y excelencia. 



Para los musulmanes el Corán, llamado también "el Libro" o "Al Kitab", no es una pura obra divina, como el alma de los hombres o el universo, sino uno de los atributos de Dios, como Su eternidad o Su ira, y la Madre del Libro está depositada en el Cielo   



Más audaces aún que los musulmanes han sido los escribas hebreos, que en el "Libro de la Creación" - Sefer Yezirah -  texto hebraico de pensamiento sistemático - especulativo, afrontan el tema cosmológico y cosmogónico de la Creación, con estilo místico. 


Escrito en forma de monólogo a través del cual Abraham describe "cómo pudo comprender los secretos de la Naturaleza y convertirse a la fe del Dios verdadero", declarando, además, 


que Dios creó el mundo por medio de 32 caminos secretos de la sabiduría; estos 32 senderos, definidos como diez Sefirot - o manifestaciones divinas.


Las 22 letras elementales del alfabeto hebraico, son presentados como los fundamentos de la entera creación. 






Aparentemente el término Sefirot es usado en el sentido exclusivo de "números", si bien es cierto que el autor al emplearlo parezca aludir a principios metafísicos o a fases de la creación del mundo.


Todos los seres reales en los tres estratos del cosmos - según el lenguaje del libro: mundo, año, ánima - fueron creados mediante la interdependencia de las 22 letras; cada cosa existente contiene de algún modo estos elementos lingüísticos y existe gracias a su poder, cuyo fundamento es un nombre - el Tetragrámaton, o quizás el orden alfabético que en su totalidad, es considerado un único nombre místico - el nombre de Dios -.

El proceso cósmico por consecuencia es esencialmente lingüístico, basado en la combinación ilimitada de las letras. 


El autor hace luego un análisis de las letras que divide en "dobles", o sea las consonantes, mediante las cuales fueron creados los siete planetas, los siete cielos, los siete días de la semana y los siete orificios del cuerpo (ojos, orejas, narices, boca); las letras "simples" son doce y corresponden a las que el autor considera como las principales actividades del hombre: los doce signos del Zodíaco en la esfera celeste, los doce meses y los doce principales miembros del cuerpo. 

La combinación de estas "letras básicas" contiene las raíces de todas las cosas y el contraste entre el Bien y el Mal. 


Se puede advertir un vínculo entre esta cosmogonía lingüístico-mística, que posee estrechas semejanzas con el pensamiento astrológico, y una magia basada en el portentoso poder creativo de las letras y de las palabras.

Los cristianos, estimulados por la idea que la Divinidad hubiera escrito un Libro imaginaron que debía de haber escrito dos, y que el segundo fuera el Universo. 

Francis Bacon declara en su "Advancement of Learning", que Dios nos ofrece dos Libros para no caer en error: las Sagradas Escrituras, que revelan Su voluntad, y la Creación, que revela su Poder; el segundo es la clave del primero. 


Bacon considera que el Cosmos sea reducible a formas esenciales que forman en número limitado un abecedarium naturae o serie de letras con las cuales se escribe el Texto Universal. 


También en la obra de Galileo está presente la noción del Universo como Libro: 

- "La Filosofía está escrita en ese grandísimo Libro que está abierto permanentemente delante de nuestros ojos - el Universo - pero que no se comprende si antes no se estudia el idioma y no se conocen los caracteres con los cuales ha sido escrito. 
La lengua de este libro es matemática y los caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas"-.

(GALILEO - "Il saggiatore")


  









TABLA ESMERALDINA



En todas estas teorías por consiguiente, el Universo es considerado como una mente que se manifiesta a través del lenguaje de los cuerpos celestes e interpretado como un sistema expresivo universal, fundamento de la Creación.