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viernes, 22 de abril de 2016

LA VENGANZA DE SINKIN



 ANA MARIA SEGHESSO








"La noche había comenzado hacía tiempo en ese rincón de la Galaxia que el dios Sinkin había elegido como residencia de su exilio.

El lento movimiento de las estrellas en el espacio infinito había determinado un segmento espacio-tiempo, creador de una raza guerrera, que luego de algunas generaciones de afirmación de identidad, había decidido colonizar otros mundos para cumplir el destino al que se sentía ligada.

Fueron colonizadas varias agrupaciones planetarias, que no opusieron resistencia cuando los atacaban, extasiados sus habitantes ante la visión de la imponente belleza de los hombres y mujeres de los regimientos invasores, las maravillosas máquinas de guerra y sus potentes naves espaciales.

De este modo Sinkin resultó el dios indiscutido de numerosos mundos, que obedecían a sus mandatos. 

Muchos lo aceptaron como dios porque reconocieron en el Mensaje transmitido por los dominadores una esperanza, hasta entonces desconocida, que les llegó al centro de sus limitadas percepciones.

Descontentos de su situación aborrecían sus autoridades, sus vecinos, sus trabajos, sus familias. Alimentaban ilusiones extravagantes de inmortalidad y creyeron en los nuevos dioses para encontrar una ayuda a sus ambiciones y vengarse en nombre de la religión."

Del cuento 

"La sorprendente historia de la diosa y el 
golem"



Del libro “Una sesión de Tarots y otros cuentos”.
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