ANA MARIA SEGHESSO
La Teoría del Eterno
Retorno afirma,
... "que cuando cada uno de los astros errantes regresa exactamente
en longitud y latitud al punto del cielo en el cual se encontraba al inicio de
los tiempos, estos mismos astros errantes producen al final de períodos bien
determinados, la Conflagración y Destrucción de todos los seres del Mundo".
El Mundo se reconstruye - "apocatastasi" - cuando los astros renuevan su marcha repitiendo exactamente todas las cosas realizadas en el período precedente.
Esta reconstrucción, que
sigue a la destrucción, se cumplirá no una vez sino un número infinito de
veces.
En cuanto a los dioses, que no están sujetos a la destrucción, les basta vivir uno solo de esos períodos para saber todo lo que sucederá en los tiempos siguientes, ya que no sobrevendrá nada que no haya ya pasado la primera vez.
En el Timeo, Platón hablando de la génesis de la creación afirma que "el número perfecto del tiempo se realiza y el año perfecto cumple su Revolución cuando todas las Revoluciones de los astros, cuyas velocidades varían, llegan juntas al término, encontrándose como al origen.“
Séneca, en sus
"Cuestiones naturales", trata de esta doctrina, reproduciendo un
fragmento del sacerdote caldeo Bérose (III siglo a. C., autor de una célebre
historia Caldea y Asiria, hoy perdida).
"El diluvio de agua o
de fuego sobreviene cuando a Dios le parece bien crear un Mundo mejor
terminando con el antiguo…”
Bérose, traductor de Bélus,
atribuye esta subversión a los astros, y esto lo hace de un modo tan
irrefutable que fija el tiempo de la conflagración y del diluvio.
El globo terrestre
... "se incendiará
cuando todos los astros que tienen ahora trayectorias tan diversas, se
reunirán en Cáncer, disponiéndose en modo tal unos debajo de los otros, que una
línea recta podrá atravesar todos los centros… El diluvio se producirá cuando
todas las estrellas se reunirán en el Capricornio. La primera de estas
constelaciones preside el solsticio de verano, la otra el solsticio de
invierno…"
Una conjunción perfecta de todos los astros del sistema solar, esta es la configuración que determinará el fin de los tiempos y el renacimiento del Gran Año, con la muerte de un mundo por un cataclismo de agua o de fuego.
La mayor parte de los
filósofos griegos adoptó la noción de la existencia sucesiva de una infinidad
de mundos que sistemáticamente y en períodos precisos se renueva, estableciendo
el final y el principio.
En muchos de los Mitos que
la humanidad ha heredado de tiempos remotos, la raza humana parece conservar un
recuerdo confuso pero muy intenso de una terrible catástrofe universal. La
pregunta que se impone es por qué viniendo de culturas diferentes el argumento
se repite y los personajes son semejantes.
Es probable que los Mitos
mismo sean "confirmaciones históricas", creadas de manera alegórica para ser
trasmitidas con mayor facilidad.