(Primera parte)
Publicado
en el diario “La Capital de Rosario”
(5
febrero 2006).
ANA MARIA SEGHESSO
La Astrología es una de las ciencias ocultas más antiguas; nace junto con la Astronomía, de la cual nunca se ha separado, aunque sus objetivos sean diferentes.
En latín ambos términos indican lo que hoy llamamos
Astrología; en inglés la palabra astronomy tuvo los dos significados
hasta el Iluminismo.
La palabra griega aprendizaje, conocimiento,
significa técnicamente Astrología, mientras que la palabra -μαθηματικός (matemático) -
significa astrólogo como primera acepción.
Desde sus inicios, el estudio de los astros se ha
fundamentado en la matemática, en el número, en los cálculos de los ciclos y en
la astronomía.
Los primeros habitantes de Mesopotamia
históricamente documentados por hallazgos arqueológicos y epigráficos, son
sumerios.
En la ciudad de Uruk, alrededor del 3000 a.C. se produce una gran
invención: la escritura, que determina el comienzo de la Historia.
Esta escritura fue llamada “cuneiforme” a raíz de la
forma de cuña de sus caracteres.
Los orígenes de la ciencia celeste se encuentran en
la antigua Mesopotamia, la actual Irak; Asurbanipal, rey de Asiria (669 a 627
a.C.), conquistador de Babilonia, hizo compilar un inmenso archivo donde se
conservaban en tabletas de terracota escritas en cuneiforme, manuales de
astrología y efemérides, con cálculos de movimientos celestes de centenares de
años.
Fueron los Sumerios los primeros en estudiar los
astros y sintetizar en presagios sus movimientos; sin embargo, a partir del período
helenístico los astrólogos de Mesopotamia fueron llamados “caldeos”
simplemente, sin connotaciones geográficas ni étnicas.
Tablilla de escritura cuneiforme
El astrólogo era llamado “tupšarru”, término que
significa también escriba, maestro de las artes,
… experto en cosas celestes, que conoce perfectamente el movimiento de las estrellas e interpreta los signos que envían los dioses a los hombres para que puedan regular su vida y de ese modo no sucumbir a eventuales males” se precisa en el “Enuma Anu Enlil”, o “Manual del astrólogo".
“La scrittura celeste”
Giovanni Pettinato,
Mondadori 1998.
El nombre que actualmente llevan los signos astrológicos, el zodíaco y los astros entonces conocidos, son sumerios. Los principios y las técnicas no han sufrido grandes cambios con el paso de los milenios. A través de la invención del zodíaco entramos en la fase del cómputo astronómico fundado en la matemática.
La división del círculo, en 12 partes de
30º cada una, no tiene en cuenta las constelaciones, aunque toma el nombre de
algunas de ellas.
Según el asiriólogo O.Neugebauer,
“fueron precisas razones
matemáticas las que indujeron a la adopción de un ciclo bien definido que medía
la progresión del sol y de los planetas respecto a secciones de exactamente 30
grados".
En realidad, el zodíaco no fue otra cosa que una indispensable idealización matemática y fue usado como cómputo astronómico.”
Diodoro de Sicilia, historiador griego del siglo I
a.C., menciona en sus escritos los conocimientos que poseían los caldeos; según
lo que escribe en su Biblioteca Histórica,
... "han llevado a cabo
observaciones minuciosas por muchísimos años, adquiriendo el conocimiento
preciso de los movimientos y de las propiedades de cada uno, prediciendo a los
hombres mucho de lo que les podrá suceder ... han estudiado las
propiedades de los astros llamados móviles, que llaman “intérpretes”, llamando
“astro del sol” al que los griegos llaman Cronos, ... a los otros cuatro
los llaman como nuestros astrólogos: astro de Ares, de Afrodita, de Hermes y de
Zeus...
Los llaman intérpretes porque mientras los otros son inmóviles y cumplen una sola revolución lentísima a lo largos de un recorrido establecido, éstos cumplen un ciclo peculiar, indicando lo que está por suceder, sirviendo de asesores para los hombres de las intenciones de los dioses.”
Otros autores clásicos como Cicerón en “Sobre la
adivinación” y Plinio en “Historia Natural”, concuerdan al atribuir a los
habitantes de la Mesopotamia tal primacía.
Los descubrimientos arqueológicos llevados a cabo en los últimos cien años en Irak, corroboran los textos de escritores antiguos, puesto que el contenido de las tablas de terracota en la escritura más antigua que se conoce, son en su mayor parte de tipo astrológico.
Los babilonios describieron algunas de las
constelaciones existentes mil años antes del nacimiento de Cristo; en el
período sumerio, o sea alrededor del 3000 a.C, se menciona ya la constelación
de las Pléyades.
Otras documentaciones arqueológicas mencionan que en el 600 a.C el Zodíaco había sido dividido en doce partes; una tabla de terracota de forma redonda, reproduce el Zodíaco fraccionado por los signos, tal cual como lo conocemos ahora.
La astrología, llamada “Ciencia divina”, era
interpretada por sacerdotes, considerados portavoces de la divinidad.
Sacerdote sumerio |
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