ANA MARÍA SEGHESSO
El conocimiento del Grande Año es un descubrimiento
extraordinario, que hace reflexionar en los niveles altísimos alcanzados por
los Sumerios en la astronomía, y en la
capacidad de acumulación de datos para transformarlos en pronósticos.
Los Caldeos aseveraban que el Mundo había sido
alternativamente y en manera periódica, inundado y quemado; el período de
reproducción de estos fenómenos era el que conducía a todos los astros errantes
a ocupar una misma posición con relación al cielo de las estrellas fijas.
Séneca, en sus "Cuestiones naturales", trata de esta doctrina, reproduciendo un
fragmento del sacerdote caldeo Beroso (III siglo a. C., autor de una célebre
historia Caldea y Asiria, hoy perdida).
"El
diluvio de agua o de fuego llega cuando a Dios le parece bien crear un Mundo
mejor terminando con el antiguo... Beroso, traductor de Bélus, atribuye esta
subversión a los astros, y esto lo hace de un modo tan irrefutable que fija el
tiempo de la conflagración y del diluvio.
El globo terrestre afirma, se
incendiará cuando todos los astros que tienen ahora trayectorias tan diversas,
se reunirán en Cáncer, disponiéndose en modo tal unos debajo de los otros, que
una línea recta podrá atravesar todos los centros... El diluvio se producirá cuando
todas las estrellas se reunirán en el Capricornio.
La
primera de estas constelaciones preside el solsticio de verano, la otra el
solsticio de invierno..."
Una conjunción perfecta de todos los astros
del sistema solar, ésta es la configuración que determinará el fin de los
tiempos y el renacimiento del Gran Año, con la muerte de un mundo por un "cataclismo"(fin del mundo) de agua o de fuego.
Existía además, otro concepto de Grande Año, que ponía
en relación no sólo los planetas y la tierra, sino también el Universo y las
estrellas.
Para ello utilizaron el sistema sexagesimal e
interpretaron el Fenómeno de la
precesión, sintetizando en presagios, sus movimientos.
Se llama Precesión de los equinoccios el movimiento que el
eje de la tierra realiza en su desplazamiento alrededor del eje de la
eclíptica, dibujando un cono y recorriendo la circunferencia completa de 360 º
en un lapso de 25 776 años.
El punto Vernal o Punto Gama (0° de
Aries) trasladándose de una constelación a otra del Zodíaco, que dividido en 12
períodos de 21 siglos, cada uno corresponde a un parte del círculo, equivalente
al lugar que el punto vernal transita.
De este modo lograban deducir “cuándo llegaría el
Cataclismo”.
A través de la invención del zodíaco los Sumerios ingresaron en la fase del cómputo astronómico fundado en la matemática.
La división del círculo, en 12 partes de 30º cada una, no tiene
en cuenta las constelaciones, cuyas medidas son variables - aunque toma el
nombre de algunas de ellas.
Según el asiriólogo y matemático O.Neugebauer,
“fueron precisas razones matemáticas las que indujeron a la adopción de
un ciclo bien definido que medía la progresión del sol y de los planetas
respecto a secciones de exactamente 30 grados¨.
En realidad, el zodíaco no fue otra cosa que una indispensable idealización matemática y fue usado como cómputo astronómico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario