ANA MARÍA SEGHESSO
EL OCASO DE LA ERA DEL ACUARIO
En la historia reciente
un fenómeno llamado Era del Acuario ha influenciado los ideales y aspiraciones
espirituales de una gran parte de la sociedad occidental.
El significado principal
de esta corriente, según quienes auspician su doctrina, se basa en la
Fraternidad Universal, que nace en las sociedades cuando sus componentes logran
liberarse de la propia individualidad egocéntrica.
La ideología
proviene de personajes como Rudolf Steiner, Helena Blavatsky, Paule Le Cour, Max Heindel, esotéricos, teósofos, ocultistas, que crearon
la corriente al inicio del siglo XX, con la intención de trasmitir a las masas
el amor y la paz universales.
HELENA BLAVATSKY
El fenómeno se popularizó
a partir 1968, en los EEUU, con los llamados “jipis” y generó rebeliones
colectivas contra la autoridad, eslóganes, como “hacer el amor y no la guerra”
y la convicción generalizada de que el cambio de conciencia en los seres
humanos llevaría a un tiempo de
prosperidad, abundancia y paz.
Podría definirse
como un movimiento mesiánico que proyectaba al
establecimiento de un Nuevo Orden, fruto de una humanidad
superior.
Los ideales de no violencia y espiritualidad
subyugaron gran parte de la sociedad, deseosa de la paz en el mundo, mientras
que los ideales de libertad favorecieron la autonomía individual en detrimento
de prejuicios y tabúes culturales.
Con el paso del tiempo el fenómeno fue evolucionando como
era previsible, generando diversas consecuencias, algunas funcionales, otras
no.
Considerando los efectos utilitarios del Ciclo de Tierra de
la Conjunción Júpiter - Saturno, no es extraño que se haya fortalecido la
mercantilización de los preceptos enunciados por los fundadores del Nuevo
Orden, desencadenando realidades contradictorias con la Ideología de la doctrina propuesta.
El auspiciado cambio de conciencia no se verificó ni produjo los frutos
esperados.
El mundo acoge,
en este final del Ciclo de Tierra, alrededor de 6.400 millones de personas, de
la cual, una sexta parte, 1.020 millones, pasa hambre hoy en día, según
informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO).
Al menos 100 millones de personas
han abandonado sus lugares de origen en búsqueda de comida y trabajo.
La riqueza y abundancia del Ciclo de
Tierra, pobló en desmedida nuestro planeta, multiplicando poblaciones incapaces
de proveer al sustentamiento de sus habitantes.
La proporción entre territorios
rurales y capacidad de cultivo no existe en muchos países, la raza humana se ha
multiplicado en exceso, sin programar el futuro de las nuevas generaciones.
El fenómeno afecta a gran parte de
las regiones del planeta, sean evolucionados económicamente o no.
La densidad de población es excesiva, resintiendo
la naturaleza que sufre continuamente los efectos devastadores del fenómeno.
Esta corriente ha
dado a su movimiento el nombre de Era del Acuario, denominación tomada de la
Astrología.
Especulando con el
lento movimiento de los equinoccios causado por la Precesión[1],
se ha tratado de instrumentalizar el fenómeno, asociando los grande ciclos de
Júpiter-Saturno que estudia la Astrología con la doctrina de la Era del
Acuario.
Sin embargo, los
conceptos no son equivalentes pues los contenidos difieren totalmente.
Las diferencias
entre la Astrología y los movimientos espirituales, residen esencialmente en el objetivo
que persiguen y en los métodos de
trabajo.
Los movimientos
espirituales persiguen finalidades éticas,
creando opiniones de justo, injusto, bueno, malo, características de las
ciencias empíricas, psicología, sociología, historiografía, teología,
metafísica.
La Era del acuario ha fijado
sus objetivos en un proyecto absoluto, idealizado, independiente de precedentes
históricos. Sus mentores han utilizado el Mito, en este caso el que hace
referencia al Acuario, como herramienta psicológica para modelar las opiniones
en una dirección determinada.
El objetivo utópico no tiene en
cuenta la índole humana, puesta en evidencia a través de la Historia.
En la descripción de los principios de la llamada
Era del Acuario se aplicaron estructuras mitológicas incompletas, exaltando
algunas características y minimizando las que no se ajustaban a la doctrina
La teoría general de la Astrología
deriva de la interpretación del movimiento de los planetas y de las señales que
las figuras así formadas, revelan.
La ciencia
astrológica adopta de esta manera una visión que abarca muchas facetas,
positivas y negativas, evitando de este modo el optimismo ingenuo respecto a
los acontecimientos tal como se presentan en el mundo.
Las contradicciones entre el
idealismo de la Era del Acuario y la certeza impiadosa de Plutón - Saturno en
Capricornio, está transformando el sistema que se extingue con otro que inicia y posee todas las características de los signos de Aire, sean las
buenas y las otras.
Hefestos, representante de Acuario
El procedimiento utilizado
es deductivo:
selecciona datos observando los desplazamientos cósmicos, los descifra
estadísticamente, confrontándolos con acontecimientos históricos y una vez
individualizado el fenómeno que simboliza, transforma los datos en Previsión. [2]
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