ANA MARIA SEGHESSO
HELENA Y PARIS
La
Guerra de Troya fue la primera contienda entre Oriente y Occidente y Homero la
inmortalizó en su famoso poema Ilíada.
Allí se
narran los acontecimientos que la provocaron. Los protagonistas son mortales e
inmortales, puesto que los dioses del Olimpo tomaron una parte activa en las
batallas, intrigas y pasiones que dan vida a la epopeya.
Los
hechos narrados son históricos, aunque originariamente no se los consideró como tales. Homero los describe desde un punto
de vista poético muy particular.
El
triunfo final correspondió a los griegos, quienes mediante un subterfugio
concebido por Ulises, (también llamado Odiseo) por sugerencia de la diosa Palas Atenea, introdujeron en
la ciudad amurallada un caballo.
En su interior se escondieron los guerreros griegos y el mismo Ulises.
En su interior se escondieron los guerreros griegos y el mismo Ulises.
El
resto de la armada fingió marcharse.
La
ingenuidad de los troyanos completó la tragedia, no obstante fueran advertidos
de la trampa por Casandra, princesa de Troya y Laocoonte, quien dijo
“Desconfío de los griegos aun cuando ofrecen regalos”.
NAVE GRIEGA
Fue el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, quien encontró los restos de la antigua ciudad de Ilión, junto a muchos otros vestigios de ciudades superpuestas, que aparecían mientras se continuaba a excavar.
Corría el año 1870.
Los acontecimientos de la Ilíada describen a un grupo de
aliados, llamados a veces griegos, otras argivos, aqueos o dánaos, según el
lugar de proveniencia. El jefe, Agamenón, junto a Odiseo, Menelao, Aquiles y
otros guerreros, poseían una identidad colectiva con un objetivo preciso,
recuperar Helena y el inmenso tesoro de Esparta.
Sin
embargo, en la vida de campamento y en sus historias íntimas se albergaban
fuertes odios y rivalidades personales. Los conflictos particulares de los
guerreros dan contenido al poema homérico.
Los aliados, no obstante sus diferencias tribales, lograron unidad de intentos, que les consintió la victoria en la batalla.
Los aliados, no obstante sus diferencias tribales, lograron unidad de intentos, que les consintió la victoria en la batalla.
El
origen de la unión de los diversos pueblos griegos se encuentra en el juramento
que el rey Tíndaro, padre humano de Helena, les hizo jurar a los pretendientes
de la futura reina.
Puesto
que podía haber un solo vencedor mientras que los perdedores serían los
restantes, debían jurar eterna lealtad a quien resultara marido de Helena y
ayudarse, permaneciendo solidarios unos con otros en caso de necesidad.
Para sellar el pacto Tíndaro sacrificó un caballo y los griegos, en el momento de dificultad, supieron mantener su juramento.
LA CAIDA DE TROYA
Johann Georg Trautmann