ANA MARIA SEGHESSO
CONOCER EL FUTURO.
Un sueño antiguo.
(Tercera parte)
EL NEOPLATONISMO
Poco tiempo después de la difusión de las teorías
de Claudio Ptolomeo se propagó en el Imperio romano la Escuela filosófica
neoplatónica. El máximo exponente de la nueva doctrina fue Plotino (205-207), quien reconoció "el
profundo vínculo existente entre cielo y tierra".
Aunque el concepto de Libre albedrío no se había todavía definido, Plotino atribuyó al ser humano la facultad moral que le
permite plasmar la propia vida y conducta moral.
La interpretación del lenguaje de los astros -
signos reveladores de la sabiduría divina - favorecía ese objetivo. Fue
una reacción al determinismo de algunos adivinos de Roma, que
habían hecho de la astrología una creencia fatalista y supersticiosa, donde el adepto puede transformarse en esclavo de las fuerzas astrales.
LOS ASTRÓLOGOS ÁRABES
Luego de la caída del Imperio Romano de Occidente
(476) la cultura y la vida intelectual de la civilización grecorromana se
detuvieron; este período de inacción cultural en Occidente coincidió con un
florecimiento de las artes y las ciencias en Oriente.
Los árabes tradujeron del griego y del persa
muchos libros de ciencia antigua, recibieron estudiosos que llegaron a sus
tierras y construyeron un observatorio astronómico en Bagdad.
Gracias a ellos la astrología regresó nuevamente a
Occidente volviendo a ser motivo de interés y de estudio. Cátedras
universitarias de astrología se dictaban en las universidades de Bolonia,
París, Salamanca y Tubinga.
Los árabes trasmitieron sus conocimientos en la
Península Ibérica durante su larga ocupación (siglos VIII - XV). En la corte de
Alfonso X "el sabio" (siglo XIII) se tradujeron obras fundamentales,
como "El libro conplido en los Iudizios de las estrellas" de Alí Aben
Ragel.
Otros autores como Abu Masar, Alkinidi y Abram Ben
Ezra documentaron en la cultura árabe y hebrea del Medioevo una gran atención
por los elementos matemáticos de la astrología.
CRISTIANISMO Y ASTROLOGIA
El Cristianismo en sus inicios necesitó adaptarse
a las creencias - profundamente radicadas - de antiguos cultos paganos y a la
tradición astrológica, de la cual tomó muchos símbolos.
En el calendario cristiano los nombres de los días
de la semana mantuvieron su relación con los cuerpos celestes, mientras que
Cristo reemplazó al Sol y la Virgen a la Luna.
¿Cómo fue elegido el 25 de diciembre como
nacimiento del Salvador aún si no es posible probar que sea el día preciso? La
coincidencia del 25 de diciembre con el solsticio de invierno en el hemisferio
norte, corresponde a la fiesta pagana del "Sol invictus", dios de la
luz, fiesta instituida por el emperador Aureliano (270-275).
La celebración de la "fiesta de la luz" estaba en
relación con el momento del año en el cual la luz del sol comienza a aumentar,
terminando en junio, en el solsticio de verano.
El Sol invicto estaba destinado
a triunfar de las tinieblas del mal y era celebrado en esa misma fecha en la
figura de Mitra, divinidad indo-iraní.
SOL INVICTUS
En el Concilio de Nicea (325) los cristianos se
pusieron de acuerdo sobre la fecha del nacimiento de Cristo, en el solsticio de
invierno y el de su resurrección, en el equinoccio de primavera, para promover
una alternativa a las fiestas paganas. Ambas celebraciones están relacionadas
con el año solar.
LA CRITICA FILOLÓGICA
En el Renacimiento la Astrología conservó su
carácter ambiguo entre Religión y Magia, sobre todo por la gran influencia de
los textos herméticos y el descubrimiento de escritos antiguos que eran
reinterpretados en clave esotérica.
En ese período se iniciaron búsquedas en las
bibliotecas de toda Europa para descubrir manuscritos que el Medioevo había
ignorado o conocido de manera indirecta. Sin embargo, la novedad de esta
búsqueda de lecturas no se encuentra sólo en la mayor cantidad de autores
clásicos estudiados con respecto a la Edad Media, sino en la actitud particular
que los humanistas tuvieron con estos autores.
Las Iglesias católica y protestante creyeron
ver en la mitología astrológica del Renacimiento una reminiscencia de los
dioses griegos y romanos.
Rechazada la conciliación entre astrología y
teología cristiana según la interpretación neoplatónica de los movimientos
astrales como causas instrumentales o "signos" de la divinidad,
la astrología fue condenada por la Iglesia de Roma como superstición y
contraria al libre albedrío.
También Lutero la condenó como una versión pagana
del "albedrío servil", semejante a la idolatría.
La tendencia a la racionalización y al materialismo
en los métodos de investigación provocó una dura polémica contra la astrología.
Sin embargo, continuó a ser practicada en gran parte de las cortes de Europa
porque la mayoría de la nobleza, eruditos y letrados, versados en las
técnicas astrológicas, demostraban con sus
predicciones el influjo de los astros.
El prestigio
de los astrólogos creció en modo notable y a sus conocimientos recurrían papas,
reyes, príncipes y hombres de estado.
Kepler (1571-1630) fue un ilustre astrólogo; es famosa su previsión en el “Kalender für
1618”, donde advierte
“quienes tienen poblaciones bajo su autoridad de evitar
cualquier medida que pueda provocar reacciones violentas, y de tener al pueblo
controlado, porque en mayo de 1618 comenzarán complicaciones políticas
importantes”.
Precisamente en ese mismo mes ocurrió la “Defenestración de Praga”
que fue el inicio de la Guerra de los treinta años.
Es interesante subrayar que en estos momentos
estamos con una configuración astral semejante a la de aquella guerra, que tuvo
motivos religiosos.
Galileo (1564-1642), Tomás Campanella (1568-1639),
Tycho Brahe (1544-1601), dedican amplio espacio
en sus estudios a la astrología.
Goethe (1749-1832) incluyó la astrología en el grupo de las ciencias humanas y
Federico Schelling (1775-1854) valorizó en su obra filosófica la herencia
astrológica del pasado, sosteniendo el principio de “la unidad de todos los
opuestos y de la armonía que actúa en el mundo de las fuerzas heterogéneas”.
LA SITUACIÓN ACTUAL
Pruebas estadísticas llevadas a cabo en La Sorbona
y en la universidad de Berlín han confirmado la correspondencia entre una
situación astral y una determinada facultad humana.
Desde el campo de la Psicología,
C.G.Jung define la Astrología como doctrina de “tipos astrológicos”, capaz de
hacer consciente las motivaciones inconscientes en la tipología simbólica de la
psiquis colectiva.
Según esta hipótesis, la Astrología sería una teoría
psicológica de los signos planetarios, entendidos como "arquetipos",
o sea un simbolismo que percibido en su integridad estaría en relación estrecha
con la verdad secreta y profunda del ser humano.
Un relativismo generalizado en la Cultura, la
creciente globalización, el intercambio de los valores, la disolución de la
Sabiduría Unitaria, complican los principios astrológicos.
Se está verificando un cambio importante en el enfoque que nuevas disciplinas proponen. La tecnología de programas astrológicos
computarizados simplifica algunos pasos de la investigación, aunque no proporciona los conceptos de juicio para elegir los datos adecuados para una previsión acertada.
En las nuevas concepciones astrológicas el libre albedrío, el pasado, el presente y el futuro estarían íntimamente ligados a los contenidos que la conciencia pueda transformar.
El futuro en un cierto sentido es ya "presente",
espera sólo que nuestra conciencia proceda a
iluminarlo.
Publicado en el diario “La Capital de Rosario” 5 febrero 2006. ARGENTINA.
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