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viernes, 2 de octubre de 2020

ARTES ADIVINATORIAS EN EL MUNDO ANTIGUO - Primera parte

 

ANA MARÍA SEGHESSO

 

              RA

                               

RELIGIÓN Y MAGIA EN EL MUNDO ANTIGUO

 

El carácter de no religiosidad, incluso de antirreligiosidad, que se atribuye a la Magia, deriva de las transformaciones ideológicas del Medioevo, que juzgaron la antigüedad pagana  definiéndola producto de la unidad diabólica contra Dios. 

En las culturas politeístas, la conexión entre Magia y Religión fue tan intensa que se fundieron en un mismo concepto. 


Sin embargo, no era considerada como lo que se suele definir como superstición, hechizo o engaño. Al contrario, la Magia fue una fuerza operativa, concreta, claramente perceptible. Un poder que favoreció la capacidad de actuar ante los dioses, las fuerzas naturales y las potencias del ocultismo.

 

 

GILGAMESH

 

 La superstición fue relegada a las interpretaciones, frecuentemente toscas, vulgares, irreverentes, de los sectores menos ilustrados de la población. 


La magia es de hecho omnipresente en los eventos humanos. Este poder, aceptado sin inconvenientes en la antigüedad, continuó a ser utilizado través de los siglos por los dioses como por los hombres, que lo usaron para gobernar y mantener orden y justicia. Puede, por consiguiente, ser considerada una función social.

El Mago, estimado como sabio y no como hechicero, era una persona que poseía una investidura sagrada, pero sobre todo era el maestro de la herramienta única que permite llegar a la esencia de las cosas, es decir, la Escritura.

El poseedor de la Escritura y el lenguaje que se identifica en la escritura, es capaz de conocer los mecanismos del universo y por tanto, orientarlos y dominarlos.
 

El Mago usaba la Magia en niveles muy diferentes, pero siempre era una persona instruida, un “iniciado" capaz de interpretar símbolos, formas, contenidos e intenciones.



 
 

HECATE

 

También se utilizó para combatir y amenazar a los propios dioses, como lo demuestran las “fórmulas mágicas” contenidas en los textos funerarios egipcios que acompañaban a los muertos en el más allá. Se revela allí que la diosa Isis, con sus artes mágicas, logró robar el nombre secreto de Ra‚ el Sol. 

 

El significado del nombre simbolizaba, según sus doctrinas, la"esencia" y gracias a sus habilidades, la diosa habría tenido poderes sobre el universo, hasta entonces sometido a la autoridad absoluta del Sol.

 La transmisión de conocimientos se realizó a nivel oral y por ello contamos con pocos trabajos teóricos. 

Cabe señalar que la percepción, representación y comprensión de las palabras escritas, también implicaba un peligro en ciertos textos, por lo que es natural que tales formas de conocimiento estuvieran cuidadosamente protegidas contra la divulgación en medios impropios, incapaces de interpretar la esencia final de los acontecimientos.

 

EL MUNDO DIVINO

 

Los pueblos antiguos concibieron el mundo prehistórico, o sea el anterior a la escritura, mediante el Mito. Los tiempos narrados en el Mito se ubican en la sociedad original, cuando los dioses no estaban tan lejos del hombre como en el mundo posterior a la escritura, llamado histórico. 


Los inmortales en una primera fase hablaban con los mortales y, en ciertas narraciones, se enfatiza que los dioses, en un período determinado, fueron hombres. Esto implica que los dioses no solo actuaron en el mundo como lo harían los seres humanos más tarde, sino que sintieron las mismas ansiedades que el hombre. Una de ellas, entre las más apremiantes, era conseguir alimentos. Descubrieron así la opresión del trabajo y al igual que los hombres cuando se ven obligados a trabajar, también se rebelaron.

En esta época remota los dioses caminaban con el hombre, discutían con él y no tenían miedo de la naturaleza misteriosa que los rodeaba.
 

En la primera etapa del mundo, antes del Gran Diluvio, según los mitólogos, habría claros indicios de que los inmortales tenían contacto directo con los humanos. En la historia del Diluvio, mito que se repite en muchas culturas, se señala que en el espacio temporal anterior a la catástrofe, los dioses eran los reyes de los territorios. Esta primera edad del mundo ha sido considerada la “Edad de oro” de la humanidad. Las huellas de esta fase se manifestaron en el mito del Paraíso perdido y en el concepto del Origen divino de la monarquía.

 


         ENKI


En la "Lista Real Sumeria", los escribas asignan la notable duración de 241.200 años a las dinastías antediluvianas.
La segunda fase se caracteriza por el abandono del escenario humano por un espacio divino. Los dioses comenzaron a alejarse de los humanos.
Sin embargo, los hombres poseían una parte divina que les permitió ser superiores a todos los demás seres animados, aunque estén condenados a la enfermedad, la vejez y la muerte. 

En esta segunda fase los dioses guiaron al hombre por el arduo camino de la civilización.

El escritor caldeo Beroso describe cómo la intervención de seres sobrenaturales, los Sabios, enviados por el dios de la sabiduría al mundo, fue necesaria para enseñar a los hombres las reglas esenciales de la vida.

El Diluvio Universal cerró violentamente estas dos primeras fases de la raza humana; después de la catástrofe, los dioses ya no intervinieron en los asuntos humanos. Incluso los Sabios terminaron su misión y los hombres se quedaron solos y responsables de sí mismos.
Comienza la verdadera historia humana y el deseo nunca extinguido de buscar el contacto con el Mundo Divino.

Es así como comienza la exigencia de encontrar un sistema de información que facilite la comunicación con lo sobrenatural, que se puede resumir en la palabra, ADIVINACIÓN