ANA MARIA SEGHESSO
“Precisa la leyenda que en tiempos de oprobio cobijó tribus
nómadas, gente de la peor calaña, ladrones y mercenarios que militaban en
bandas consagradas al pillaje y al saqueo del territorio.
Hasta que se impuso la falange de la armada celeste,
capitaneada por el ángel Samael, quien frenó la degradación del ciclo surgido
luego del diluvio universal y extendió su poderío a toda la ecúmene, asistido
por un arcángel de alas azules, quien desde entonces proclama sin cesar los
secretos del reino celestial y promete felicidad a quien descifra la doctrina
de la Depositaria de las Reglas Universales”.
“La sorprendente historia de la Diosa y el Golem”.
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